Me acerqué a la práctica a los 18 años de edad sintiendo un llamado muy genuino de transitar el camino de una práctica de autoconocimiento para cultivar y enaltecer los valores más puros y bellos de este mundo.
Desde el año 2004 comencé a dedicarme a la enseñanza, lo cual ha sido además del mayor honor y privilegio, mi mayor fuente de inspiración, conocimiento y aprendizaje. Continuo mi camino personal bajo la mirada cuidada y amorosa de mi querido maestro Juan Pablo Capdevila.

"Conozco a Gimena desde hace más de diez años, y en todo este tiempo he sido testigo de su profundo compromiso con la práctica del yoga, tanto como alumna como en su rol de maestra. Tengo el privilegio de ser invitado cada año a compartir workshops de profundización en su shala, y cada visita confirma lo que ya sé de ella: su entrega genuina, su calidez humana y el profundo respeto con el que se vincula con cada uno de sus alumnos.
Gimena enseña desde el corazón. Se nota en la manera amorosa en que guía, en su escucha atenta, en la alegría que transmite al compartir el método y en la ecuanimidad con la que sostiene cada espacio. Ver su evolución a lo largo de estos años, su trabajo interno y su compromiso con el camino, ha sido y sigue siendo una fuente de inspiración para mí.
Es una gran maestra dentro y fuera de la sala. Su dedicación amorosa se refleja tanto en su vida familiar como en su comunidad de práctica. Recomiendo profundamente que se den la oportunidad de conocerla y aprender de ella. Gimena es un ser especial, de esos que dejan huella."
Juan Pablo Capdevila